jueves, 24 de octubre de 2013

Valle del Tísico.

Os voy a dejar uno de los muchos paseos que me he dado últimamente por las montañas aledañas a Miraflores de la Sierra, pero como suele ocurrir, cuando tienes mucho material apenas tienes tiempo para publicar nada.

El valle del Tísico, del Gargantón o el de las Vaquerizas, realmente no se como se llama, porque en los mapas no lo marcan y el nombre más común y popular es el del Valle del Tísico. Y gracias a Michi Berrocosa os puedo contar la historia sobre el nombre del valle del Tísico.

D. Jesús García Rodríguez, hijo de mineros asturianos y de familia humilde, con 10 años marcha a Buenos Aires junto a sus hermanos, donde crearon una gran fortuna, a los 27 años cogió la tuberculosis y regresó a España donde le recomendaron los médicos habitar en los pinares de Guadarrama como único remedio a su enfermedad. A principios de Junio de 1.912 llegó a Miraflores de la Sierra, instalándose en la vivienda que acababa de construir el cantero gallego, Don Manuel Brea Ramos que vivía en Miraflores de la Sierra. Junto a D. Jesús se instaló su mayordomo, el cual contrajo la enfermedad y falleció. En dicho lugar pasó sus últimos años hasta morir el 17 de Octubre de 1.914. Unos días antes dio al cura de Miraflores D. Francisco Arranz una buena cantidad de dinero para que la repartiera entre la gente más necesitada de Miraflores.




Este pequeño valle se abre de SSW a NNE, y es una de las zonas más solitarias de las montañas que rodean mi pueblo, su pico más alto no llega a los 1.900 metros, el Pico de la Perdiguera. Lo más destacable que tiene en su total soledad, y salvo contadas ocasiones sueles encontrarte a nadie, salvo este Domingo que casualmente estaban cazando en la zona.

La vegetación predominante es el pino silvestre, el que puebla su ladera oeste, encontrando vegetación de ribera en la zona del arroyo y algún pequeño rodal de robles, típica vegetación de mi zona, el uso maderero de estas montañas hace que tengamos muy poca variedad.

El camino para entrar en esta zona y recorrerla es un poco aleatorio, en muchas ocasiones no hay sendero marcado pero simplemente hay que seguir el arroyo que corre por todo el valle. Yo suelo subir a la montaña y caminar un poco sin rumbo fijo, aunque mi objetivo era llegar hasta la mina del Cubero, pero rápido desistí y me fui metiendo por el bosque ya que detrás mí llegaba un grupo de cazadores. 

Observé muchos rastros de animales, pero apenas vi unas cuantas aves como herrerillos capuchinos, herrerillo común, carboneros, petirrojos, colirrojos o ya rapaces como los milanos, buitres leonados o un solitario buitre negro...este año pretendo adentrarme un poco más en la fauna que nos rodea y éste será uno de mis sitios de vigilancia.

Y os dejo un poco de música para ver las fotos...






















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